Consagración al Corazón de Jesús



Por Fray Néstor Queimada




Vaya por delante que la devoción al "Corazón de Jesús", como cualquier otra devoción popular, no me parece ni bien ni mal.

De hecho, todo aquello que acerque e un hombre o mujer a la presencia y cercanía de Dios me parecerá siempre bien.

Tengo que reconocer que nunca he entendido esta devoción. Hay devociones que me parecen innecesarias (la virginidad de María, por ejemplo. Quiero decir que el que María sea o no Virgen no me aporta absolutamente nada), Otras inconsistentes (la inmaculada Concepción, por ejemplo. Si ya es difícil asumir la virginidad de María su "inmaculado nacimiento y concepción" es más innecesario e irrelevante aún), otras sencillamente supersticiones (como por ejemplo las reliquias que hay esparcidas por el mundo. Con las astillas que existen de la cruz de Cristo se podría alimentar Fosforera Española por una década) y otras escalofriantes ( como afirmaba Uta Ranke Heineman la cruz es un potro de tortura. Amemos al crucificado pero no a la cruz).

La del Sagrado Corazón simplemente no la entiendo.

Siempre me he preguntado, ¿Por que tenerle devoción al corazón de Jesús y no a su páncreas, o a su bazo?

Hoy, en Infovaticarca he leído un artículo muy interesante (Sí. A veces escriben cosas interesantes. No muchas pero a veces lo hacen) sobre el tema, que se refiere a otro artículo escrito por un señor, llamado Manuel Guerra, que parece muy entendido y erudito en el tema y dice lo siguiente: "El ”amor que es Dios (1Jn 4, 8 y 18) aparece simbolizado y como encarnado en un corazón de carne, en el de Jesucristo, Dios verdadero y hombre perfecto. De ahí el fundamento teológico de Sagrado  Corazón y de su devoción, trenzada de correspondencia a su amor, reparación, gratitud, adoración"

Es decir que cuando la Iglesia devociona el Corazón de Jesús se refiere a su inmenso AMOR a imagen del AMOR del Padre.

Me gustaría acotar algunas cosas y hacerme algunas preguntas, no en vano la duda siempre es el camino para el crecimiento personal.

En primer lugar si al decir "el Corazón de Jesús" queremos referirnos al "Amor de Jesús", ¿No sería más fácil, o al menos más comprensible, decir "el Amor de Jesús"?

A mi me parece una forma de hablar arcaica y poco práctica, más aún cuando se le dibuja de esa manera tan extraña como un corazón rodeado de espinas y en llamas. reconozco que la imagen me da escalofríos, sea de Jesús el corazón o de otra persona.

El AMOR de Dios, al igual que el AMOR de Jesús, son AMOR y si habláramos de Amor y no de corazón sería mucho más obvio sentirnos concernidos por el asunto. El AMOR llama a AMAR, el corazón llama.....¿a latir?.

Por otra parte el final de la frase del señor Guerra me produce escalofríos porque es la consecuencia lógica de lo anterior. El señor Guerra dice que la correspondencia a ese AMOR es "reparación, gratitud, adoración".

No puedo estar más en desacuerdo. La correspondencia al AMOR es AMOR, solo AMOR y nada más que AMOR.

Ni Cristo ni Dios quieren nuestra gratitud, nuestra devoción y mucho menos nuestra adoración. Por no hablar de las famosas "reparaciones". Como si el corazón de Jesús fuera un automóvil.

Lo que quieren Cristo y Dios es nuestro AMOR y la única manera de que ese AMOR sea real es amando al prójimo (que significa próximo).

Me dijo una vez en Taizé un amigo congoleño, Alphonse, que el "Amor no existe, sólo existen las pruebas de amor."

Más pruebas de amor al prójimo y menos adoraciones.

Estoy plenamente convencido que Cristo es mucho más feliz si el rato que dedica uno a la adoración perpetua lo pasara uno acompañando a la abuela que vive sola o distribuyendo comida a los pobres.

Cristo no necesita que consagremos ningún país, ciudad o comunidad de propietarios a su Sagrado Corazón. Lo que necesita es que hagamos, que contribuyamos a que en ese país, esa familia, ese grupo de amigos,  exista la justicia social, la atención a los desfavorecidos, la ternura a los maltratados. En resumen que seamos un anuncio vivo de la Buena Noticia. Que las Bienaventuranzas no sean una promesa sino un trabajo, un plan de vida. 

Eso si que es estar consagrado al AMOR de Dios.

Y sobre el corazón,.... que quieren que les diga, yo a quien le tengo verdadero cariño es al páncreas. A lo mejor porque soy diabético.

Comentarios

  1. Creo que la devoción al Corazón de Jesús sí es válido cuando se lo toma en el sentido popular de centro de la persona, lo más profundo, de donde nace el amor. De este modo simboliza la Encarnación del Hijo de Dios, su kénosis (Filip), koinonía y diakonía con el hombre, un corazón humano que siente compasión de verdad por los humanos, que no vive en un mundo celestial de indiferencia sino que acompaña especialmente que sufren.
    Pero coincido en que el fundamentalismo en hiper-sacralizar muchas cosas lo que oculta es la intención de los hiper-sacralizadores de manipular conciencias, de alejarnos del humano sentimiento y compromiso con los que sufren, para sumergirnos en el mar abstracto de las piedades intimistas, individualistas, cómplices de los sistemas que matan...que dicen ser tan sagradas porque han dejado de ser humanas...como sí lo es el corazón de Jesús.

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Por cierto Juanma (es mi troll favorito) siento que te hayas arruinado, pero es motivo de alegría que tu mierda de música ya no se escuche.
Una razón más para dar gracias a Dios.

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