Una meditación estival



Por Gonzalo de Morfeo

Es verano y lo cierto es que siempre esperamos una reflexión menos profunda y más "veraniega", y lo cierto es que el Sr. Javier Navascués, uno de los más rancios reporteros de la web Infocarcólica, perdón infocatólica (probablemente la más rancia de las webs ultra católicas que se escribe en español, en fuerte pugna con "Adelante la Fe"), me lo ha puesto a huevo.

El Sr. Navascués, manifiesta su honda preocupación por lo que pasa en nuestras playas.

Y no, no se trata de playas nudistas (como la de la foto) que podría uno entender el escándalo que manifiesta el reportero (puesto que su reprimida educación sexual no le va a permitir disfrutar de ellas), sino de playas normales, de hecho de playas "masificadas" es decir, playas populares que suelen estar abarrotadas de personas deseando ponerse morenos y refrescarse en el mar.

¿Y cuál es la causa de esta preocupación? Pues el hecho de que debido a la pequeñez de los trajes de baño las personas "no permanecen indiferentes y reaccionan ante los estímulos sexuales"

Hablando en plata, que a uno se le pude poner palote el miembro o mojársele el chichi por ver en la paya  a personas semidesnudas.

Esta es la gran preocupación.

Se preocupa el Sr. Navascués, porque según él existe el "fomes pecati" o inclinación al pecado y se siente muy inclinado a él en una playa. 

Esto, según el, es consecuencia del pecado original. pecado que según sabemos se debe a que Adán comió cierto fruto (en ningún sitio dice que fuera una manzana) de cierto árbol, engañado por su mujer que, a su vez había sido engañada por una serpiente que hablaba (no me jodas, hablaba) y que , malvada como todas las serpientes, sólo pretendía que esa frágil y estúpida mujer (hay que ser machista) se condenara para toda la eternidad (ella y todos sus descendientes)  por la estupidez de comerse un fruto en un lugar donde había más frutos apetitosos de los que podríamos imaginar.

No pretendo invocar aquí el hecho de la ciencia ya haya demostrado que la historia de Adán y Eva sea un mito, ni que el Homo Sapiens lleve en la Tierra 330.000 años y que  ese Tierra tenga unos 3.000.000.000 de años y el universo 13.800.000.000 (desde el big bang) y no 40.000 años como se deduciría del Génesis. Ni que seguir pretendiendo que la consecuencia de los actos de una estúpida pero inexistente mujer siga afectándonos a todos sus supuestos descendientes (a fin de cuentas las mujeres que yo conozco suelen ser más inteligentes que sus parejas masculinas, incluida la mía).

Lo que pretendo es preguntarme ¿Puede respetarse a un Dios que condena al fuego y la tortura eternas a billones de seres humanos, a los que él mismo ha creado, y teóricamente ama infinitamente, por que una estúpida mujer se comió una ciruela prohibida?

¿Se puede respetar a un Dios que pone a prueba a sus hijos con trampas para "ver si le obedecen"?

Yo les digo lo que pienso, ese Diosde existir,  sería un mierda. Indigno de su hermosa criatura y desde luego incapaz de comprender lo que significa amar (Menos mal que ese Dios no existe. El Dios de Jesús es muy distinto. No es así)

Mire Sr. Navascués, la inclinación al pecado, es producto de la libertad con que Dios nos dotó desde el big bang (es decir desde antes de que existiéramos) y debido a la falta de amor que esa libertad que poseemos nos permite tener.

Es producto del amor a nosotros mismos no del pecado original.

Y desde luego, no tiene nada que ver con el que usted se ponga palote en una playa (que ya es ponerse palote, porque la mayoría de las personas que estamos en una playa en bañador, no somos precisamente apolíneos cuerpos voluptuosos) es consecuencia de los mecanismos químicos que su cerebro posee por su condición de varón, al igual que los ardores que le entran a su señora (si es que tiene señora, con tanta propensión a la excitación como usted) se deben a los mismos procesos pero por su condición de mujer.

Esto es así, lo diga el cura de Ars o su barragana.

Y por cierto, si los pastorcillos de Fátima vieron el infierno, lo que debería preguntarse es qué setas habían consumido previamente no de qué color eran las llamas.

No se si hay o no infierno. No se si Dios es como usted defiende o como yo creo.

Lo que si se es que de existir un Dios como el que usted predica, y un infierno como el que usted define...que no me esperen en el cielo.

Con ese Dios tan indigno no quiero tener nada. Prefiero las torturas. Es mejor morir de pie que vivir de rodillas.

Yo que amo a mis hijos, jamás les trataría como ese Dios que usted predica trata a sus hijos, a los que supuestamente ama infinitamente.

Si a usted le gusta, sólo puedo compadecerle.

Pero descuide, Dios no es como usted cree. Su Hijo nos dijo que DIos era un ABBA bueno, un padre misericordioso como el de la parábola del Hijo Pródigo  y un buen samaritano como el de su homónima palabra.

Nos vemos en una playa nudista en la que yo, como buen orco, haré el ridículo y usted, como buen reprimido fanático, hará el idiota (no me imagino lo que va a sufrir usted como en medio de esa playa no se le levante ni un milímetro).







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