Superstición y doctrina

Por Rufus T. Firefly

El cardenal Muller, conocido por su oposición vehemente al Papa Francisco, y por gritar a los 4 vientos (esos que siempre vienen desde el lado ultra derecho) que él es mejor teólogo que Francisco y que por lo tanto el Papa debería hacer lo que él dice (humildad ante todo), ha tenido a bien en una entrevista comunicar a la Humanidad que los peores pecados que existen son la Superstición y la Idolatría.

Y lo ha hecho, preguntado y conmovido por la última acción vandálica de los ultras frikitradis que han tirado al Tiber unas esculturas indígenas que se encontraban en el Sínodo de la Amazonía y que representaban la madre Tierra y la fecundidad.

¿Por qué lo hace el Sr. Cardenal? Pues porque hay que perdonar el pecadillo de los vándalos que en su celo espiritual solo pretendían retirar esos "ídolos paganos" y supersticiosos de un acto oficial de la Iglesia.

De  que no se da cuenta el Sr. Muller (debe ser que esa soberbia que le caracteriza en sus deposiciones intelectuales no le deja ver mucho más allá) es que lleva razón, la superstición y la idolatría son pecados graves (no creo que los peores. A mi me parecen más graves la represión, el hambre, la guerra, la tiranía, la pobreza, el maltrato y la explotación, pero se ve que al Sr. cardenal eso no le parece especialmente molesto), lo que no tengo yo tan claro es que llamemos superstición e idolatría a las mismas cosas.

Vayamos al Diccionario Panhispánico de Dudas que suele aclarar mucho las cosas. Define como superstición lo siguiente: 'Creencia contraria a la razón'

Analicemos algunas cosas que cree el Sr. cardenal Muller.

1) Los primeros seres humanos en la Tierra fueron una pareja de Homo Sapiens llamados Adán y Eva que fueron expulsados de un paraíso terrenal que nadie sabe donde está por comerse una manzana sin permiso y esa falta se hace extensiva a toda la Humanidad.

Menos mal que prefiero las peras o los plátanos. No sabría llevar una carga tan pesada en mis hombros por una puta fruta.

2) La madre de Jesús de Nazareth fue virgen antes, durante y después del parto. 

Pues como no pariera por partenogénesis no veo cómo.

3) Dios es un padre amoroso que castiga a los hijos rebeldes a penas eternas de fuego infernal.

¿No entiende el Sr. cardenal el significado del adjetivo "amoroso"?

4) Dios es uno y a la vez tres y sigue siendo uno aunque tenga tres personas.

¿Está el Sr. cardenal diciendo que el Padre eterno tiene personalidades múltiples? ¿Es bipolar? ¿O más bien tripolar?

5) María de Nazareth ya desde su concepción (la de ella no la de Jesucristo) estaba libre de esa represalia divina de la que hablábamos en el punto 1

¿Por que? ¿Era ella especial? ¿Venía de Kripton?

Solo son unos ejemplos de lo que la doctrina católica lleva defendiendo por siglos y que en muchas ocasiones es absolutamente contrario a la razón, luego podríamos tratarlo de superstición.

Dentro de la doctrina cristiana existen dogmas de fe que son absolutamente supersticiosos, que ya han sido superados por la ciencia pero que el Sr. cardenal sigue defendiendo como Dogmas  inmutables.

No quiero decir que todo lo que la doctrina católica considera dogma sea superstición. Hay aspectos de la doctrina que son esenciales para la fe y que, desde esa fe, son esenciales.

Por ejemplo la Resurrección de Nuestro Sr. Jesucristo.

¿Es contraria a la razón? Sí. Pero a diferencia de los puntos anteriores es esencial para la fe. Sin Resurrección no hay fe en Cristo y no hay Iglesia y no hay Reino de Dios.

Pero sin los otros "dogmas" no pasa absolutamente nada.

¿A mi que más me da que Maria de Nazareth fuera Virgen? 

O que vayan directamente en contra de lo ya demostrado por la ciencia como lo de Adán y Eva.

O que digan una cosa y la contraria como las potras dos afirmaciones.

¿Que sentido tiene creer esas cosas no siendo importantes?

Lo que quiero decir Sr. cardenal, es que si uno está dispuesto a proclamar que la superstición y la idolatría son pecados graves... ¿No cree que debería antes revisar sus  propias supersticiones?

Por no hablar de la idolatría, reflejada en capas magnas, guantes de hilo de oro, mitras  y casullas doradas, ornamentos de misa llenos de joyas, reliquias (con las astillas de la cruz de Cristo repartidas por el mundo se alimentaba por 5 años fosforera española) y otro tipo de idolatrías existentes entre los clérigos de rango superior e inferior. 

Sr. cardenal, para ser tan soberbio y pegado de si mismo y de su intelecto y preparación superior, acaba usted de patinar más que en un lago helado.

Porque los cristianos de hoy en día necesitamos pastores que en vez de llamar idólatras y supersticiosos a los indígenas de la amazonía o al resto de la humanidad, estén dispuestos a ponerse a su altura, conocer y respetar sus tradiciones y predicar de la única manera que se predica sin proselitismo: Con el ejemplo de una vida dedicada al amor al prójimo y por causa del amor a Dios.

Seguro que así Sr. cardenal no sufrirá tanto con su defenestración y dedicará su mucho tiempo libre a hacer que la Buena Noticia llegue a los más necesitados.

Por lo demás, me pregunto, Después de todo lo bueno que ha salido del Sínodo de la Amazonía, de todas las propuestas presentadas, las más polémicas y las más evidentes y sencillas de emprender, después de la enorme preocupación por los problemas ahí planteados ...¿Lo único que le interesa es que se pusieron en un templo católico dos imágenes regaladas por indígenas a los que hay que llevar el mensaje sin soberbia, sin superioridad y sin adoctrinamiento proselitista? ¿Piensa usted que esa actitud es la que se espera de los seguidores de quien nos contó la historia del Buen Samaritano? ¡Piensa que esa fue la actitud de Pablo cuando salió a predicar a los gentilles?

Si de verdad eso es lo que piensa, el Papa hizo un gran bien a la Iglesia cuando lo defenestró a usted de la CDF.  No se pude ser más indigno de esa cargo ni del birrete de cardenal.