El Conguito Púrpura

Por Hugo Z. Hazckenbush

Hace ya tiempo que tenía ganas de escribir de esto pero por circunstancias no fue posible.

Este fin de año han ocurrido dos cosas que son significativas en el mundo cristiano de hoy.

La primera (y de la que me gustaría más escribir) es el estreno este diciembre de la película de Netflix "Los dos papas"; pero ya sabéis eso de nunca permitas que la realidad te estropee una mala noticia.

Lo cierto es que la noticia que ha petado en la Iglesia estos días de enero no ha sido el fin de la Navidad, ni las innumerables muestras de solidaridad y de trabajo del padre Ángel o las peleas entre gobierno e Iglesia (lo ha solucionado el gobierno ninguneando a los obispos directamente), sino la penúltima (siempre puede haber otra más) manipulación del búnker ultra católico al Papa Benedicto XVI para tratar de que respalde los desvelos del búnker por detener las reformas del papa Francisco.

Y esta vez no ha sido Muller, ni Burke, ni Viganó el mentiroso sino el ya clásico y contumaz Sarah quien ha tomado la iniciativa y ha tratado de condicionar lo que de Francisco vaya a surgir en los próximos meses.

El conguito púrpura (Es decir el "hematoma" Roberth Sarah), como no tiene gran cosa que hacer, puesto que su cargo en la curia, que debería ser de los que más trabajo da, no da para mucho (ya se ha encargado Francisco de rodearle de sacerdotes y burócratas que eviten los excesos dogmáticos del conguito) se ha puesto a escribir un libro.

Este "hematoma" (como "cardenal" no da para mucho más) tiene como costumbre sacarse unas perrillas (tampoco es que venda tanto) con unos cuantos libros al año. Libros que el búnker mediático filo inquisidor, los infovaticarcas, infocarcólicos, adelantados en la fe y demás patule, celebra con fruición casi lujuriosa y nos ha dedicado liindezas totalmente prescindibles en relación con decir la misa de culo, o el silencio.

No deja de ser curioso que un experto en silencio no pare de hablar y  de decir majaderías, pero ¿Quien sabe? Probablemente leyendo sus escritos, entendamos de verdad lo necesario del silencio. Especialmente del silencio de Monseñor.

Pero el hecho reseñable, no es que Sarah haya decidido escribir un libro sobre su opinión en relación a temas tratados en el Sínodo de la Amazonia. Monseñor puede escribir sobre lo que le salga de su negro prepucio. Otra cosa es que alguna persona con inteligencia algo mayor a un paramecio le lea, y tampoco es reseñable que lo haya hecho, justo unos días antes de que el Papa emita su exhortación sobre el Sínodo (el intervino en el Sínodo desde el primer día. Ya fue escuchado y, obviamante no le han hecho ni puto caso) con clara intención de condicionar el documento papal.

Lo reseñable es que Monseñor se ha ido a charlar con Benedicto XVI y le ha engañado. Sarah le dio sus textos sobre este libro y Benedicto le permitió consultar unas notas suyas sobre el tema.

Ni corto ni perezoso el conguito púrpura, publica un libre ¡¡¡¡CONJUNTAMENTE!!! con Benedicto XVI desautorizando el documento del Sínodo y tratando de condicionar al papa.

Es verdad que Benedicto, por boca de su portavoz (es a lo que se dedican los portavoces, en especial cuando el protagonista apenas puede hablar y mucho menos escribir) ha desmentido ser el autor del libro, pero ni la editorial (una de esas editoriales ultras al servicio del dinero gringo) que ya se frota las manos pensando en las ventas, se han echado atrás.

No importa que Benedicto diga que no lo respalda. Todo el búnker al unísono sale a defender al mentiroso Monseñor guineano y a advertir a Francisco que "el papa Benedicto (al que ellos por lo bajinis llaman el "verdadero" papa) de que debe escribir un documento no en consonancia con lo que toda la Iglesia reunida en Sñínodo ha dicho, sino con lo que ha dicho el conguito "porque va respaldado por Benedicto"

Monseñor. Es despreciable el uso de un anciano al que en uso pleno de sus facultades usted no se atrevería ni a mirar a los ojos para conseguir sus retorcidos intereses.

Se ha puesto usted en evidencia y su reacción tratando de justificar lo injustificable es simplemente patética.

El hecho que los ultras de turno, con especial mención a Viganó el mentiroso roba herencias, le apoyen a usted es una victoria pírrica e inútil.

Ha hecho usted el ridículo más espantoso (la prueba más evidente es el desmarque que ha hecho Muller, su competidor más fuerte por el liderazgo del sector carca, de las opiniones de Saritah Montiehl) y cada día está usted más amortizado.

La historia resaltará el hecho de que un papa acosado por los inquisidores más conservadores de su Iglesia, no tubo que hacer nada. Sólo tuvo que dejar hablar a un experto en el silencio para que, sin ninguna otra acción, se pusiera de manifiesto lo necesarias de sus reformas y su criterio (las y los del papa).

No se puede ser más fracasado, Monseñor.

Le recomiendo se lea su propio libro sobre el silencio. Es evidente lo mucho que lo necesita