Carcanasius delira. ¡Cese ya!

Por el padre Canalillo

El más necio de los obispos del planeta, conocido por Carcanasius Schenider ha vuelto a dar muestras de que es un verso suelto dentro de la Iglesia Católica.

Rn medio de la pandemia mundial que nos está afectando a todos con consecuencias muy graves para algunas familias, lejos de conmoverse como hizo el Señor con la familia de Lázaro cuando le comunicaron que ya habria muerto, ha sacado a paseare su estupidez y su superstición y ha declarado: "La epidemia del coronavirus es sin duda, en mi opinión, una intervención divina para castigar y purificar al mundo pecador y también a la Iglesia."

También ha llamado a los clérigos a desobedecer a sus obispos diciéndoles que su obligación es ¡¡Salir a la calle!!, eso sí con las medidas sanitarias pertinentes (Faltaría más).

En su delirio, acusa al propio Dios de castigar al mundo entero por la "adoración a la Pachamama en el Vaticano y por el "horrible pecado" de comulgar en la boca"

Incluso ha tenido la desfachatez de pedirle al Papa que haga una liturgia de reparación en Roma por sus pecados y los de la Iglesia para parar esta epidemia (sin duda un castigo divino)

Todos sabemos la afición de este sujeto por convertirse en un verso suelto y abanderar los detalles más carcas y uktramontanos de la Iglesia actual, pero esto empieza a pasar de castaño oscuro.

Nada más lejos de este ponre bloguero que entrar en teologías con Carcanasius. No es mi papel ni mi trabajo, pero el asunto del "problema del mal en el mundo" hace mucho tiempo que está ya resuelto y no por medio de las intervenciones divinas como castigo.

Las propias escrituras lo recuerdan "Estableceré mi pacto con vosotros, y no fenecerá ya más toda carne con aguas de diluvio; ni habrá más diluvio para destruir la tierra." (Gen 9, 11), a menos claro que Carcanasius crea en un Dios que además de ser rencoroso y vengativo sea ventajista y solo se fije en la literalidad de sus compromisos ("¡Chincha rabiña que no os mato con un diluvio pero si con un bichito!").

El problema del mal como digo, hace mucho que está resuelto y no hace bien la Iglesia permitiendo que un supuesto dirigente, sucesor de los Apóstoles, empiece ahora a hablar de castigo divino y demás estupideces.

Este imbécil pone como ejemplo de comportamiento de la Iglesia el de San Carlos Borromeo en la Peste de San Carlos en Milan en que se dedico a atender a los enfermos si pero lo que le importa al obispo Schneider son las misas de reparación los triduos, procesiones, y adoraciones varias que el tal Borromeo (que por cierto era muy feo) hizo para que Dios les retirara la peste y que..... no dieron ningún resultado como era de esperar ya que la peste tardó casi dos años en marcharse de milán.

Es patético ver como este gilipollas, en vez de seguir el ejemplo de Francisco o del cardenal Tagle, en que nos recuerdan que esto ha venido para todos y que tenemos. los cristianos, una oportunidad maravillosa de mostrar nuestro amor al prójimo cuidando de los necesitados que vivirán esta pandemia con muchas más dificultades que los más favorecidos y de nuestros mayores que nos necesitan mucho más y de aquellos que realmente lo precisan; lo que hace es clamar al cielo por el uso de comulgar en la mano (pecado abominable según este majadero) o la "adoración a la pachamama".

Es tiempo de que la Iglesia tomo sus decisiones y soy consciente de que Francisco no suele tomar decisiones precipitadas que afecten a sus obispos y cradenales (como muestra el tiempo que esperó para defenestrar a Muler o a Burke) pero este sujeto ya está pasándose de castaño oscuro y es imprescindible que sea cesado o desautorizado.

A ver si entonces éste obispillo, ya fuera de la Iglesia es capaz de seguir encabezando una auténtica rebelión.