La Iglesia, los jóvenes y el cura profesional

 

                                                     Jornada de Taizé en Madrid 2021

Por el Padre Canalillo

Hay un colega presbítero, que ha sido desterrado por su obispo (con buen criterio) a ejercer de "pacorro" de dos o tres pueblos perdidos de la montaña y que no ha leído el libro del hematoma Sarah sobre el silencio, que al seudónimo de "cura profesional" dedica su mucho tiempo libre a pasear a su socio y a verter su ignorancia en internet.

De vez en cuando, le leo, porque hay que conocer por donde van las aspiraciones intelectuales del enemigo y por echar unas risas.

Es bien sabido la fobia repulsiva que estos curas carcas tienen por la libertad de expresión y el susodicho, allá en su destierro, suele no publicar los comentarios de los muchos que le reprochan su contumacia en el error pero, aquí no le censuraremos siquiera. Si tiene webs, que responda.

El hecho es que el otro día reprochaba a la Iglesia que los jóvenes ya no pisan sus templos, no la frecuentan, viven como si Dios no existiera.

Afirma con vehemencia que en los años 50 los jóvenes vivían "en cristiano" y no ahora. Que la solución es más misa tradicional, mas confesión, más adoración, y más doctrina. Es decir un retorno a la Iglesia rancia y franquista de los 40-50. De hecho ha propuesto ya no se cuantas iniciativas para organizarse desde la red para "acercar la carquiglesia a los más jóvenes"

Pienso que este señor (por decir algo, que parece mucho más inteligente su socio), allá en sus cumbres, vive en otro planeta.

Entiendo que, enfadado como está con su obispo, y siendo más cerril que "Don Erre que Erre" no tenga costumbre de asistir a los actos que su obispo convoca pero, obviamente antes de la pandemia, bastaba con pasarse cualquier primer viernes de més, por la tarde noche, por la catedral para verla llena de jóvenes. 

Y llena quiere decir llena. Que la mayoría están tirados por los suelos porque no caben en los bancos.

O podría haberse pasado por la jornada reciente de Taizé en Madrid aunque claro eso del ecumenismo a él que está "cargado de razones"no le va mucho, prefiere discutir con su socio que habla poco.

Obviamente, esos jóvenes responden a parroquias que se preocupan de ellos. Parroquias que realizan una pastoral especial de jóvenes. Parroquias que no los tratan como a estúpidos ignorantes que solo tienen que aprenderse el catecismo. Parroquias que no insultan la inteligencia de unos jóvenes que saben más del mundo y de la Ciencia de lo que sabían Tomás de Aquino, Agustín de Hipona y Atanasio de Alejandría juntos.

Uno tiene la experiencia en su juventud (no tan lejana como la del cura profesional) de pertenecer a un grupo parroquial de más de 2500 jóvenes aglutinados al rededor de una parroquia salesiana y conozco una (en Majadahonda) con un grupo especialmente activo y numeroso de jóvenes y resulta ser una parroquia especialmente denostada por "amigos" del socio de su socio, como el cigüeño (Por cierto que la cigüeña lleva más de 10 días sin rebuznar en la web. ¿Se habrá muerto? ¿ Le habrán castigado?)

Es decir que los jóvenes aparecen cuando se les trata como merecen y no como gilipollas sin cerebro.

El que en los pueblos donde ejerce este señor (es un decir) no vaya a misa nadie menor de 80 años, cuando va alguien es fruto, en primer lugar, de la media de edad de los residentes en la diócesis y en segundo lugar del olor a naftalina del "pacorro" en cuestión. Todos los que le conocen saben que siendo párroco de una importante y grande parroquia de Madrid llenaba su templo de "jovencitos" de una edad media similar a la que recibe ahora en los montes y ahí no faltaban jóvenes censados, pero salían corriendo.

En fin, que cada uno recoge lo que siembra y que este señor seguirá recogiendo eso, cuatro gatos y obligados porque no tiene otra Iglesia donde ir.

Pero eso sí. A bocazas no le gana ni su socio.