Y es que no hay vacuna contra la estupidez

 

Por Rufus T. Firefly

Es sentencia bíblica. El número de los imbéciles es infinito y tiene como consecuencia que siempre subestimamos el poder de la estupidez humana y sus consecuencias.

Esto en un blog que trata de la herejía y sus circunstancias es algo que siempre se debe tener en cuenta. Una herejía puede ser lo que quiera menos estúpida y por desgracia es una condición que, al igual que en cualquier otra manifestación humana, deja de cumplirse con frecuencia.

Pero no es de eso de lo que quería hablar.,

Quería hablar del poder de la estupidez. Dicen en mi pueblo que le das a un tonto un pito y se convierte (en su cabeza) en el primer flautista de la Filarmónica de Viena.

Y como no podía ser de otra forma, en el entorno de los políticos que toman decisiones, igual que en los mortales normales.

Vamos por delante con una costumbre que se ha establecido entre nosotros. Últimamente veo a mis hij@s, sobrin@s y demás asociad@s dedicándose con entusiasmo a hacer el gilipollas enfrente de un teléfono móvil que, indefectiblemente, perpetua la gilipollez, Los llaman "Retos", como si no fuera suficiente reto en la vida, llegar a fin de mes, labrarse un futuro o pensar en quienes a nuestro alrededor lo llevan crudo.

No. Ell@s tienen claro que si algún retrasado mental decide que comerse una pastilla de jabón de lavar la ropa es divertido y al grito de "¡¡¡No hay güevos!!!" se tragan el mayor número de pastillas posible sin pensar en el envenenamiento más que probable que vana sufrir.

¿Y qué coño tiene esto que ver con un blog sobre religión y herejía?

Pues que con esto de la pandemia, el facherío cristiano. ya sea católico o protestante ha decidido que no sólo la pandemia es un castigo de Dios, sino que ellos  están libres de pillar el bicho porque Dios no va a permitir que "personas de bien", "hijos predilectos" como ellos, enfermen de la peste moderna, enviada para eliminar a los malvados.

Así encontramos actitudes estúpidas como  la de la mujer que amenaza con el "Argamedon" (os lo juro, gritaba "¡¡¡¡Argamedon!!!!", no "Armagedon") en Palencia, porque un policía le impedía el acceso a una Iglesia junto a otros "frikies" porque no podía vivir sin ir a misa (en vez de verla por la tele) o ese pájaro de mal agüero infovaticarca que da por culo en su parroquia (la más elitista de Madrid, la de la jet set en el pueblo con mayor renta per capita de España) para que le den de comulgar en la boca sin pensar en si le puede o no contagiar el bicho a algún "prójimo" o como los egoístas gringos ultra conservadores que han decidido no vacunarse porque las vacunas están fabricadas "en contra la la moral cristiana" (con 2 cojones) y de esa manera no consiguen que su país, que por cierto tiene una de las peores sanidades públicas del mundo desarrollado, controle la pandemia.

El otro día leía en Infovaticarca, que se escandalizaban porque hay paises en los que están planteándose que no vacunarse sea delito.

Y mientras, los países pobres que no pueden vacunar a toda su población, mendigando la caridad de los ricos para conseguir vacunas e infraestructura para vacunar a su gente, debe ser que como ya están acostumbrados a la guerra, el hambre o la miseria, una causa más de muerte genocida no es importante (Mode ironía "On", of course),

Es verdad que ahora se pone la atención en los rebaños de jóvenes que se marchan de botellón y de viaje de fin de curso, sin ninguna precaución y acaban contagiados en masa poniendo en peligro a sus familiares más cercanos. Es verdad que es normal que los jóvenes o adolescentes se comporten como si no pudieran morirse; pero son jóvenes y como demuestran los "retos" del "Tic Toc", la enfermedad de la estupidez es mucho más virulenta a temprana edad.

Pero si bien la estupidez es más virulenta cuando se es joven, es mucho más grave cuando somos viejos (que es el caso de la mayoría de los friki ultras conservadores) porque las consecuencias son peores. 

Me imagino los nietos y bisnietos del cuervo infovaticarca escuchando orgulloso a su anciano abuelo presumiendo de hacer las cosas bien y de poner al cura en su sitio por conseguir poner en riesgo su propia vida y la de los que le rodean, mientras que cuando era joven lo único que hizo fue acudir a algún campamento del frente de juventudes (o la OJE) con camisa parda y brazo en alto a gritarle a los pinos aquello de Frasco Frasco Frasco, arriba es piña.

Seamos, pues, herejes. Sigamos defendiendo a los 4 vientos la heterodoxía religiosa y el sentido común; pero no seamos estúpidos. La estética es importante y un hereje idiota queda muy feo. Vacunémonos, por favor (yo ya tengo las dos dosis puestas. Es lo más cerca que voy a a estar de la "Pfeiffer" en mi vida)