El cuervo del campanario
Por el Cuervo del Campanario Hoy toca comentar la florida prosa de uno de los especímenes más defectuosos de la especie humana. Se trata del nostálgico dizque periodista infovaticarca que se oculta tras un nombre de cicognida que habita en la torre de la iglesia. El cronista de faldones y sotanas, tiene un estilo florido en el que siempre muestra su "enorme respeto" (modo ironía on) sobre su obispo y el Papa, amen de otros purpurados y consagrados, mientras les atiza verbalmente como si fuera el propietario de la doctrina cristiana. El cuervo, que aprendió a escribir en la revista Fuerza Nueva mientras trabajaba en RENFE con enchufe trifásico, ha ensalzado a su gran amigo Blas Piñar, ha elogiado fuertemente a los cismáticos de Lefebvre, ha reprendido a obispos y cardenales cuando hacían algo que a la señora cigüeña le parecía mal y dedica su mucho tiempo de jubilado sin nada que hacer a hacer recuento de frailes y monjas sin ningún sentido. A ver, urraca sin