La doble vara de medir
Por Alfonso Gracioso Llegados a estas fechas toca reflexionar sobre un detallito que co mo pasa en agosto parece que pasa desapercibido pero que no es así. Me refiero a la condena al cardenal Pell. Ahora resulta que este cardenal, que según el búnker ha sido condenado por las presiones judeo masónico marxistas (¿No les suena a algo a los de más edad?), ha perdido el recurso de apelación. No faltaron en el primer veredicto los habituales rasga túnicas que ponían en solfa a los jueces australianos. Ahora, otro tribunal, le deniega la apelación. Sin embargo el susodicho cardenal, ha perdido el pleito (esperemos que no el juicio) ¡¡¡POR PEDERASTIA!!! ¡¡¡EN UN ESTADO DEMOCRÁTICO DE DERECHO!!! Pero el mismo día en que se hace pública la denegación de la apelación ya salen los habituales infovaticarcas "revelando" a todo el mundo que Pell ha sido condenado por ser "de sana doctrina" Ya se ha tratado aquí el concepto de "sana doctrina