Viganó o la voz de su amo
Por Fray Néstor Queimada Lo cierto es que quienes estudiamos en su día en colegios salesianos y tenemos cierta edad, tenemos mucho cariño al apellido Vigano (Don Vigano, de nombre Egidio), puesto que fue el apellido de uno de los sucesores de Don Bosco con más carisma y parecido con el fundador. Pero los buitres, ya se sabe, siempre se encargan de dar por culo y joder las cosas agradables de la vida, y tenía que salir un asno con ese apellido. El obispo Viganó, de nombre Carlo María, obispo que ya no será cardenal; ha sido uno de los prototípicos clérigos de "alta gama" producto de una Iglesia clerical y centrada en sí misma, del tipo de la que nos ha puesto en alerta Francisco durante su pontificado. Ultra rico, no dudo en quedarse con parte de la herencia de sus padres que le correspondía a su hermano discapacitado (con más de 6 cifras, esa herencia) y fue condenado por los tribunales italianos a resarcirle, condena que no debería haber sido necesaria si